domingo, 9 de marzo de 2014

Sin Título II.

Es como si fuese algo invisible que se escapa, algo que te seduce cada vez que aparece y te fascina de todas las maneras posibles. Es una pena que solo aparezca en determinados momentos, si apareciese siempre todos seríamos felices y nos sentiríamos realizados cada segundo. O puede que sea todo lo contrario, que el tener la posibilidad de hacer todo lo que queramos nos vuelva más locos de lo que estamos y acabemos con una soga alrededor del cuello.
Creo que me gustan las sogas, son ásperas y dejan marcas, puede que me gusten las cosas que dejan marcas. El caso es que el momento en el que la soga aprieta tu cuello y sientes la mirada de la muerte parece algo siniestramente fascinante. Todos en algún momento de nuestra vida sentimos lo vulnerables que somos y lo cerca que estamos de la muerte. Sentir que vas a morir es una sensación que aparece en pocas ocasiones y es extraño, porque siendo tan vulnerables lo lógico es que sintiéramos la sombra de la muerte a casa paso que damos.
Tenemos que ser inconscientes en muchos momentos, tenemos que vivir en la ignorancia pues de lo contrario moriríamos, tendríamos la necesidad de que la muerte nos visite y se haga nuestra amiga.
Sería divertido hacernos amigos de la muerte, sería divertido bromear con ella sobre la gente a la que odias, esa gente que te cae tan mal que no te importa el hecho de bromear con la muerte sobre ello "A esa le queda ya poco jaja" bromearía la muerte.
Esta entrada está quedando realmente siniestra xD (con xDs y todo) pero creo que era necesario meter algo siniestro. Esta tarde estuve mirando antiguos libros con ilustraciones de Victoria Francés que durante años me fascinaron. La gente de mi alrededor solía decir que esos dibujos eran demasiado melancólicos y que esa señora debía estar amargada y, sin embargo, de no haber sido así no hubieran llamado nunca mi atención.
No sé por qué estoy hablando sobre Victoria Francés en estos momentos pero supongo que es para intentar entender el por qué me atrae lo siniestro y macabro. Hace años me fascinó Victoria Francés, ahora es gente como Gina Pane o Marina Abramovic quienes me atrapan de manera hipnótica, una evolución bastante grotesca que a mi me parece hermosa.
Puede que sea esta la necesidad de hacer cosas que apasionen, que horroricen o que inspiren. Es como si hubiese una necesidad de que el cuerpo experimente algo, que sienta de una vez por todas sin que haya secuelas graves.
Es bonito pensar que de alguna manera esa gente también te entiende y que seguramente tuvieron un razonamiento o unas intenciones parecidas a la tuya. Y no es fácil hacer este tipo de cosas cuando tienes familiares y amigos que amenazan con que cambien tu relación con ellos por el hecho de realizar actos de ese tipo. La gente a veces no entiende una mierda, o puede que el que no entienda nada soy yo. Todo puede ser en esta vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario