lunes, 17 de diciembre de 2012

Dance in the Dark.

Ella baila, baila con una copa en la mano sumiéndose en la oscuridad lentamente. A ella le gusta bailar en la oscuridad, desaparecer entre brumas azules mientras suene una música que la envuelva... La noche es larga y eterna a la vez. Sus movimientos son sensuales, su pelo es hermoso, su cara es bonita, ella lo tiene todo... pero él no la mira.
Él baila cerca de ella, es su novia... su estúpida novia, una basura de la que se avergüenza... Ella le mira y se desmorona, le ve mientras habla con otras, le ve mientras besa a otras. Ella no puede hacer otra cosa que seguir bailando en la oscuridad, aparentar ser feliz mientras la persona que quiere la considera una basura...
A ella le gusta bailar en la oscuridad, parece que se ha acostumbrado a vivir en esa situación, a bailar durante la noche en locales oscuros para que a la salida su novio le pegue palizas. Ella baila, bailar le hace pensar, le hace ver en qué se ha convertido su vida... Ella antes no bailaba, no se sumía en la oscuridad. Ahora todo había cambiado. Ella se enamoró y aquello fue su eterna perdición. Ya no pasa el tiempo haciendo otras cosas:  durante el día duerme entre sabanas sudadas y desgastadas junto a él, donde a veces si que hacen el amor... Por la noche comienza su veneno, su eterna pesadilla y a la vez su eterno sueño...
Entra junto a él, baja los escalones de los locales subida en sus  viejos tacones y con su cigarro en la mano. Allí abajo todo ocurre como siempre, él se aleja, la deja sola, se va a conocer a otras mujeres más bellas y jóvenes que ella... Ella es guapa, es realmente guapa, debería salir de allí, buscar a alguien que la quiera de verdad... Pero eso ella no lo entiende. No lo entiende, y por eso ella baila en la oscuridad. Baila con su copa de whisky y su cigarro, bailando con sus tacones, cerrando los ojos y moviendo su cabeza lentamente acorde con el ritmo de la música y dejando su pelo suelto caer y desordenarse por sus hombros... Ella baila y se emborracha en un intento de olvidar lo malo, intentando no ver a su novio besar a otras mujeres, se emborracha para encontrar la felicidad, para salir de alli... Pero no lo entiende, a veces se pregunta qué fue lo que vio en aquel chico, qué le hizo perderse a si misma. Pero no sabe reaccionar, baila y se emborracha... Ella baila en la oscuridad, baila hasta altas horas, baila hasta perderse a sí misma... esta y todas las noches...

domingo, 16 de diciembre de 2012

Naranja, Amarillo, Rojo

Las luces son anaranjadas, son anaranjadas porque les gusta dormir, les gusta descansar y este color se apaga, se apaga y muere al igual que un fuego que lleva encendido desde hace tiempo. No se que hago aquí, no se qué debo hacer para continuar. El día muere, la luna muere, la luz naranja muere...
Estoy cansado, muy cansado y aquí cada vez se va haciendo más oscuro. Estoy sentado, en una habitación en mi casa, un baño, y los azulejos estás fríos. Estoy más bien acurrucado, desnudo, intentando abrazarme a mí mismo  en un intento de fundirme con el entorno, pasar desapercibido y pensar.
En el baño hay una ventana pero que en realidad no puede ser una ventana. Su cristal no deja ver nada, solo deja pasar la luz. No debería llamarse ventana si además de eso es imposible de abrir. Estoy solo, estoy solo en el mundo y mi única compañía es la luz que me rodea que desaparece cada vez más.
Ahora cambio, ya no me apetece estar en esta habitación y ahora ya no estoy desnudo. Todo puede cambiar, soy todo lo que quiero ser. Ahora estoy al aire libre, en una de las calles de una ciudad desconocida. No se si he estado antes, no se en que país estoy, no se ni siquiera si estoy en el mismo mundo que tu.
Camino por la calle, junto a la gente, no se hacia donde voy aunque tampoco me importa. Ahora quiero andar y disfrutar de la luz amarilla del día del día. La gente no me parece que sea feliz aquí, es un lugar gris y aburrido, un lugar donde la gente va con prisas, un lugar de funcionamiento mecánico. Cada persona es un engranaje, una polea, un mecanismo... Me aburre, ya no me gusta, ya no disfruto mientras camino. Veo a la gente correr, está ocurriendo algo, un hombre de la calle comienza a gritar, son gritos de horror, gritos extraños. El hombre mira fijamente a todo el mundo y a continuación saca una pistola, de repente me mira a mi, yo no me muevo, levanta la pistola y me dispara.
Todo ocurre como me esperaba, la bala me da en la cabeza y comienzo a sangrar. Me desplomo en el suelo, caigo fuertemente sobre los adoquines del paseo. Ahora veo el cielo, veo la luz amarilla del sol de la mañana. La gente se acerca, se pone junto a mi, intentan ayudarme, todo sigue normal. La sangre comienza a llenar el suelo de forma macabra. Me aburro.
Cada vez pierdo más sangre y me entra sueño, ya me cansa esta situación, espero de forma impaciente hasta desangrarme, hasta consumirme entre toda la multitud... Cierro los ojos para volver a cambiar. Ahora todo da vueltas, todo se vuelve extraño...
Ahora estoy en un acantilado, todo se ha vuelto rojo. Estoy sentado sobre el acantilado de piedra, mis piernas cuelgan hacia el vacío, ante mi se muestra el mar y el sol, oscureciendo. Miro al mar invadido por los colores del sol. Me levanto, lo miro, y me lanzó a él para convertirme en espuma.
Ya no se donde estoy, ahora todo es oscuro,