domingo, 28 de octubre de 2012

Two.

Se despertó sudando aquella mañana. Le dolía todo el cuerpo. Había pasado la noche en la playa, se había quedado dormido entre las rocas y la arena, escuchando el murmullo del mar. Estaba amaneciendo y pasó unos instantes contemplando aquel inmenso azul del que salía un gran disco rojo. Sabía que más allá de aquel mar de azules se encontraba otra tierra, un lugar diferente donde se encontraba aquello que deseaba. Pero aquello estaba lejos, ya nada quedaba que le atara a aquella isla, sus recuerdos quizá. Pero aquellos recuerdos se desvanecían poco a poco...

Necesitaba cambiar, dejar todo lo anterior para nacer de nuevo, para iniciar una nueva vida lejos de allí. Todo lo bueno de allí era tan frágil como si se tratara de un castillo de naipes. Un castillo que podía derrumbarse en cualquier momento y él lo sabía. Sabía que debía ser valiente y tener la fuerza suficiente como para salir de allí y forjar una nueva vida en cuanto tuviera oportunidad. Fuera de allí sería duro, siempre es duro empezar en un sitio nuevo, pero era algo que necesitaba. No sabía si saldría bien, si sería feliz en aquellas tierras pero... debía intentarlo.

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