miércoles, 25 de marzo de 2015

Happy.

No sé si me apetecía que volvieras, no entiendo por qué has tenido que aparecer de nuevo. Parece que no te cansas, que vas a permanecer aquí para siempre. Me había acostumbrado a que faltaras, me había acostumbrado a que dejaras de estar en mis pensamientos. Me había olvidado de ti y has vuelto, como aquel que se ha ido hace cinco minutos.
Has tenido meses para cambiar las cosas, meses para arrepentirte pero no te ha dado la gana hacerlo hasta ahora. Eres como una de esas plantas que renacen cada primavera, que mueren y nacen cada vez más fuertes. Ha sido que aparezcas sin ni siquiera yo verte y has destrozado todo lo que había conseguido, y no sé, por una parte pienso que sí que me apetecía que volvieras, que sí que me apetecía que ocurriera algo más. Pero son solo ilusiones estúpidas y tontas, cosas que no tienen realmente ningún sentido.
Ya ni siquiera pensaba en ti, ya hacía tiempo que no sabía nada acerca de ti. Te habías vuelto tan lejano que había olvidado que aún me habría gustado que volvieras. Y es que siempre fuiste igual, siempre te arrepentiste y me pediste perdón para después desaparecer y seguir haciendo lo que te diera la gana. Y ahora es lo mismo, no sé qué significa para mí el que le digas a alguien que estás arrepentido y que quieres pedirme perdón.
He estado pensando estas semanas y era cierto aquello de que no quería que volvieras. Ya ha pasado tiempo y no te ha dado la gana responderme. Fueron eso, unas palabras vacías de esas que nadie sabe donde estarán. Podrían volverse hacia ti, tú las dijiste, tú deberías tenerlas en ti hasta que te mueras en vez de tirarlas por ahí. Es como cuando tiras la basura, no está bien tirar basura a la calle.
Pero ahora más que nunca es cuando me gustaría que volvieras, es una necesidad mía el querer tenerte cerca. No porque te quisiera a ti, no porque te eche de menos, sino porque necesito escapar de esta realidad en la que vivo ahora. Siento que me quedo sin fuerzas, que la realidad me agota y se lleva poco a poco lo que siento que soy. Soy como una distorsión de mí mismo, y tú estabas cuando yo era yo. Te necesitaba a ti para volver a sentirme como antes.
No quería que volvieras tú, quería que regresara lo que era yo antes. Estoy buscando algo en alguien y en un momento que ya no existe. Es como que quiero tenerte en mi cabeza para olvidarme de lo que tengo ahora. Ahora todo es amargo, triste y vacío.
Quiero que vuelvas a mi mente, quiero que vuelvas a destrozar mis pensamiento, a pasarme las noches pensando en qué hice mal para que te fueras. Y es que tristemente eso me hacía más feliz que lo que vivo ahora.
Eras un pensamiento, algo creado por mi mente. La necesidad que había construido hacia ti me destrozaba, me hacía daño, pero al fin de al cabo era mía. La había creado yo y podía tratarme como me diera la gana. Pero ahora no, ahora mi mente no puede controlar nada. Ya no estoy pasando las noches pensando en cómo quiero que vuelvas, ahora lo único que hago por las noches es pensar en que quiero que se acabe una situación que mi mente ni siquiera ha creado. Ahora mi mente solo puede decirme que aguante, que sea fuerte porque las cosas van a salir bien. Si, las cosas saldrán bien, las cosas por mucho que hagan daño acaban solucionándose. De alguna manera u otra se acabarán arreglando.
Y es que quería que volviera un gilipollas para que se fuera otro gilipollas. Creo que esa era también una de las cosas que quería que ocurriera. Quería que volvieras para poder olvidar al de ahora, porque estaba estropeándolo, estaba empezando a tenerle demasiado cariño, ese cariño que hace que aguante cosas que no me gustan de él. Estaba empezando a permitir cosas que en un pensamiento normal no habría permitido. Con ese cariño podías hacer lo que te diera la gana.
El cariño hacia una persona no se difumina tan fácilmente, no podía coger y de un día para otro olvidar que te tengo aprecio. Pero es que ese aprecio también me hace daño, porque es un aprecio que no va a ir hacia nada más. Es una de esas historia en las que uno da y no recibe nada. Una de esas historias en las que un subnormal espera que ocurra algo más, un subnormal que se levanta cada día con la esperanza de que las cosas cambien y todo sea bonito y precioso.
Pero esos finales nunca llegan. Yo mismo sé que nunca llegan. Y estaba cansado de asumir que no iba a llegar, que por mucho que me esforzara las cosas iban a seguir igual. Tú nunca vas a querer nada conmigo. Y aparte de eso sé que no seríamos felices, que tú eres muy de una manera y yo soy de otra. Sabía que iba a ser una relación de esas donde al final el que iba a estar mal iba a ser yo, que yo iba a estar mal y aún así seguiría durante mucho tiempo apostando porque al final sí que estaría feliz. Yo nunca sería feliz.
Por eso quería que volvieras, por eso quería tenerte de nuevo en mi vida. Quería tenerte de nuevo porque mi vida era más fácil en ese momento, era más feliz sabiendo que no te tenía. Era más feliz sabiendo que yo seguía siendo yo y solo tenía que preocuparme porque un tío no había querido conmigo. Ahora la realidad es diferente, es más complicada... es más difícil que asumir que no estás tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario