Dices mi nombre como si de algo horrible se tratara, como si lo escupieras, como si desearas que muriera a cada instante. Dices mi nombre como si quisieras que desapareciera, como si desearas que fuera un recuerdo lejano, como si nunca te hubiera importando. Yo nunca te he importado.
La nieve cae, como siempre, ya es algo normal. La nieve cae y se posa sobre mi pelo, sobre mi cara, deshaciéndola hasta convertirse en agua y morir. Hasta la nieve parece no quererme. No se hacia dónde voy, sólo quiero salir de la ciudad, salir de ti, perderme en ese bosque congelado en el invierno y olvidarme de todo, olvidarme de este dolor que siento. Ya son muchas cosas, estoy cansado, ya no tengo fuerzas suficientes como para seguir con esto. Esta vez no.
Camino a través de la nieve y eso me gusta, porque caminar sobre ella es más pesado; mis pies se hunden, no puedo caminar tan rápido, es una sensación decadente, tal y como me siento en estos momentos. Estoy cansado de que me trates así, de que parezca que todo lo que hago no importa. Pero no todo es por ti, estoy cansado de esforzarme y que nada nunca de resultado, de desvivirme por ser feliz y desear que por lo menos una vez en mi vida una sola cosa pudiera salirme bien. La ciudad no es buena conmigo, nunca nadie es bueno conmigo.
Me esfuerzo y no logro conseguir nada. Me esfuerzo y no avanzo, me esfuerzo y es como caminar por esta nieve, pesado y cansado, para después no obtener resultado mientras me pierdo en mi mismo. Porque sí, yo nací para caminar a través de la nieve.
Camino a través de la nieve para olvidar, para que parezca que tengo algo que hacer. En realidad nadie me ve, el bosque está tranquilo, nadie más parece estar aquí. Aquí estoy yo mismo y mi autodestrucción, esa autodestrucción que es capaz en algunos momentos de venir a mi realidad, a destruir esa delgada línea entre la realidad y mi realidad.
Ahora me encuentro sentado, escribiendo sobre extraños seres que caminan a través de la nieve, al igual que hace tiempo escribí sobre seres que bailaban en la oscuridad o que nacían para morir. Cada uno de esos seres son una parte de mi mismo, una parte que se empeña en salir y autodestruirme. Ahora ha podido con esa delgada línea, escapando de un bosque lejano sumido en nieves, transportándome a mi realidad.
"Me esfuerzo y no logro conseguir nada, me esfuerzo y no avanzo, me esfuerzo y es como caminar por esta nieve, pesado y cansado, para después no obtener resultado y mientras me pierdo en mí mismo. Porque sí, yo nací para caminar a través de la nieve". Es esta la razón por la que está vez la destrucción me ha ganado, porque me ha hecho darme cuenta de que no es divertido caminar sobre la nieve, porque no es divertido esforzarte y no conseguir nada, porque es duro a acostumbrarse a que las cosas no salgan bien.
Ahora ya no importa quién sea quien escupiera mi nombre, ni siquiera existía, ya no tiene valor. Tampoco sé como iba a acabar esta historia, no se que ocurriría en aquel bosque nevado, pero eso ya no importa. Es hora de olvidar parajes soñados y lugares sin nombre. La autodestrucción me ha ganado, me sacado de allí, me ha hecho cambiar esto, olvidar la historia que tenía pensada. Todo porque estoy harto de caminar a través de la nieve.
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