jueves, 4 de julio de 2013

Over The Love.

Y allí fluía todo, tal y como había esperado. Las noches se repetían una y otra vez y yo aún no asumía cuánto de rápido estaba ocurriendo todo aquello. Aquel olor a tabaco se había convertido en algo habitual para mí y no sabía hasta qué punto iría a durar todo aquello.
Son las siete de la mañana y aún está amaneciendo, el olor del tabaco todavía no se ha disipado, las sábanas están sudadas, sucias, tú duermes plácidamente a mi lado. Cambié mi vida por esto, yo fui quien decidí esto, fui yo quien decidió despertarme y encontrarme con tu cara cada mañana. Ahora no sé si es esto lo que realmente quiero.
Todo empezó por un juego, la mayoría de las cosas importantes comienzan con un juego. Todo era un juego tonto, estúpido, de esos que empiezan cuando vas borracho. No eres consciente, nunca eres consciente y de repente dejas caer la copa hacia el suelo para empezar el juego mientras la gente baila y se emborracha. El juego comienza, el juego sigue, y horas después te encuentras tendido en una cama que no es la tuya. Miras a tu alrededor como si lo comprendieras, como si lo entendieras, sólo era un juego que sabías que perderías.
Nacemos para perder cosas, y ahora es el momento de perder. Pierdes y ahora te sientes tan solo. No sabes qué hacer aquí, solo sabes que esto no era lo que querías. Todos queremos ser algo importante, todos queremos pertenecer a algo. Supongo que esa sensación de pertenecer a algo es la que me ha llevado hasta una cama que ya comienza a ser familiar.
Siempre sentiste que algo te faltaba, que aún no eras una persona completa, e intentaste llenarlo con lo primero que viste... estabas cansado de sentir que lo que te llena está lejos. Estás cansado de continuar esperando a que aparezca algo que llene ese vacío. Ahora has decidido llenarlo tú, salir en busca de ello como si no existiera un mañana. Pensaste que serías feliz, pensaste que todo habría acabado. Ahora incluso las sábanas parecen querer echarte de aquel lugar.
Le miras, aún sigue durmiendo, intentas ver algo más que su rostro, intentas ver más allá de él sin resultado. No hay nada más, no puedes hacer nada más. Te levantas con cuidado y enciendes un cigarro, te paseas por la habitación mientras te lo fumas, acariciado por la luz del día que va entrando por la ventana. Te vistes lentamente y sales de la habitación, de la casa, sin hacer ruido.
No sabes adónde vas, no sabes qué vas a hacer, solo sabes que no eres feliz con ello, que no has conseguido nada más que pasar un buen rato. Estás cansado de pasar buenos ratos, solo quieres sentirte bien. Las calles aún están vacías, tu también te sientes vacío. Caminas lentamente sin saber qué hacer, sin saber qué es lo que va a hacerte feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario